Las personas pueden apoyarlo en el mismo hospital en Honorio Delgado Espinoza de Arequipa. Foto: Fanny Arotaipe.
Las personas pueden apoyarlo en el mismo hospital en Honorio Delgado Espinoza de Arequipa. Foto: Fanny Arotaipe.

En el quinto piso del hospital Honorio Delgado Espinoza, en el área de Neurocirugía, cuarto 508 C, está Tomás Carlos Cruz Llano, quien sobre una camilla solo mira fijamente al techo todos los días, ya que es lo único que puede hacer porque no tiene el control sobre su propio cuerpo.

El movimiento de sus pies y manos ya no dependen de él, sino de los enfermeros o doctores que lo cuidan. Fue internado a inicios de diciembre, luego que se cayera en su casa precaria ubicada en lo alto de un cerro en el distrito de Tiabaya. Recuerda que perdió el equilibrio y se golpeó la cabeza. Él vive solo, no tiene hijos, ni esposa, ni padres, solo su medio hermano.

En ese momento, Tomas solo empezó a gritar pidiendo ayuda, a ver si algún vecino lo escuchaba. No era la primera vez que le pasaba algo así, en anteriores ocasiones también se caía y no podía levantarse, solo recurría a pedir auxilio. Ese día era más grave, la sangre corría por su piso y en su mente solo decía que no sobreviviría.

Sin embargo, llegaron personas a socorrerlo y trasladarlo por emergencias al hospital. Le dieron una camilla y desde esa fecha, permanece postrado a la espera de ser operado. Sus manos y pies están desgastados, se nota un color morado como si la sangre ya no circulará por ahí.

HECHOS

Tomas tiene 69 años y siempre se dedicó a trabajar. Tenía mil oficios y en estos dos últimos años fue contratado por la municipalidad de Tiabaya junto a otros adultos mayores. La labor al inicio era sencilla, limpiar y pintar. Sin embargo, antes de caer enfermo tuvo que hacer mucha fuerza física, ya que los obligaron a retirar escombros o sacar cosas pesadas de almacenes.

En su última labor empezó a sentir dolores en la espalda y cuello. Recuerda que se le ponía tenso y hasta le era difícil mover su mano. Eso pasó en el 2023 rumbo al 2024. Acudió a la posta y solo le dieron calmantes. La situación empeoró a tal punto que el simple acto de buscar una moneda en el bolsillo para el pasaje se convirtió en una tarea imposible. Perdió el tacto, perdió el equilibrio y, finalmente, perdió la libertad de caminar.

Su hogar, que antes era su santuario, se transformó en una trampa donde pasaba horas tirado en el suelo tras caerse, esperando que alguien apareciera para levantarlo. Acudió al hospital y le informaron que tenía hernias en su columna vertebral. “Me daban calmantes, nunca me advirtieron que esto avanzaba, ni que empeoraría. Tenía que hacer resonancias que costaban 700 soles, ahí ya no tenía dinero. Los vecinos me ayudaron a juntar. Al principio iba a otra área donde me dijeron que no me podía operar”, cuenta con la voz quebrada.

Después otro doctor del mismo nosocomio, le dijo que vaya al área de Neurocirugía, donde le dieron una esperanza de que sí lo podían operar, pero no había camilla. Tomas acudió por cuatro meses en busca de una camilla, que solo la encontró cuando se rompió la cabeza, cuando su cuadro de salud estaba peor y tuvo que entrar por Emergencias.

Ya internado, le dijeron todo lo que tenía que comprar y con ayuda de una persona de la Iglesia que acude a apoyar, supo que los pernos y otros insumos necesarios le costarían 15 mil soles. “Yo no tengo ese dinero, tampoco tengo quien me cuide y me apoye. Mi medio hermano viene de vez en cuando porque también tiene que trabajar. Si me apoyan estaré agradecido”, suplica desde la camilla.

Tomas no cuenta con Yape, su celular que lo tiene desde hace 13 años no le permite instalar el aplicativo. Si deseas ayudar puedes encontrarlo en el hospital. Él no podrá ser operado hasta que consiga todo lo que le pidieron, ya que el SIS no cubre ello. Además, necesita pañales y ropa de abrigo.

APOYO

En el hospital Honorio Delgado, el personal de hospitalización espera el apoyo para poder atender al paciente que no pierde la esperanza.

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