El Hotel Katari, situado en la Plaza de Armas, frente a la histórica catedral de la ciudad y los majestuosos volcanes de la ciudad, lleva 8 años recibiendo turistas tanto nacionales y extranjeros en sus instalaciones. Pese al duro golpe que significó la pandemia para este rubro y otros más, el establecimiento siguió en pie cumpliendo con todos sus estándares de calidad, además de otros servicios. Correo conversó con la gerente del recinto, Patricia Camacho Cavagnaro, sobre la reciente historia del hotel.
¿Cómo nació el proyecto Katari? Yo empecé a trabajar en el hotel a inicios de 2018, pero conozco la historia detrás de su constitución. La mayoría de las propiedades de los portales de Arequipa le pertenecían a la familia Lucioni, dueños de Carsa. El señor Salinas, papá de mi actual jefe, fue contralor de Carsa por más de 20 años, y al cerrar esta empresa el señor Salinas recibió la propiedad en la que se encuentra el hotel por sus años de servicio.
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¿Qué buscaban en un primer momento? Inicialmente, los dueños tenían la idea de poner una tienda de electrodomésticos, pero al ver la azotea del recinto uno puede notar la maravillosa vista del lugar, dada su ubicación, que mira hacia la Catedral y los volcanes. A pesar de que nadie de la familia Lucioni pertenece al rubro hotelero, mi jefe le comentó a su padre la idea de aprovechar las instalaciones para turistas locales y extranjeros. Así, se decidió invertir en el rubro hotelero, acondicionando la propiedad para ello. Hoy la azotea funciona como terraza y restaurante.
¿Quiénes son sus visitantes más frecuentes? Antes de la pandemia, el 90% de visitantes eran turistas de Europa o de Estados Unidos. Pero desde que retomamos nuestras operaciones tras el levantamiento de las medidas por la pandemia, los turistas locales se han acercado más a nuestro recinto, pues Arequipa se volvió un centro de turismo interno muy frecuentado por esa necesidad de los turistas nacionales de conocer, primero, destinos del propio país.
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¿Cómo atravesaron la pandemia? Tuvimos que acatar todas las restricciones del gobierno, y cerramos nuestras instalaciones hasta diciembre de 2020. Debo mencionar que, a pesar de haber cesado nuestras actividades, ninguno de nuestros colaboradores fue despedido o puesto en suspensión perfecta. Cada uno de ellos continúo recibiendo su remuneración y aportando desde todos los frentes para que, cuando volviéramos, pudiéramos ofrecer el mejor servicio para nuestros clientes.
¿Cómo fue el regreso a las actividades? En octubre de 2020 comenzamos con la apertura de Ascai Express, en referencia al nombre de nuestro restaurante, Ascai 360, en el que vendemos postres hechos en casa, empanadas artesanales, antojitos propios de la región. Poco después volvimos a habilitar el alojamiento, el cual aumentó gradualmente de acuerdo a las disposiciones de gobierno. Nuestro restaurante volvió a abrir en diciembre de ese año con un éxito rotundo.
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¿Cuál es la proyección de la marca? Expandirnos más. En setiembre del año pasado abrimos una sucursal en Cusco, Katari Apart Hotel at Qorikancha, por lo que estamos felices. La idea es que la empresa siga creciendo en más regiones del Perú llevando la mejor experiencia del rubro.