El Convento de Santa Rosa de Ocopa, en Junín, celebra sus tres siglos de historia con un reconocimiento especial: el Estado declaró Patrimonio Cultural de la Nación a 367 bienes que resguarda entre sus muros. Se trata de una colección diversa de pinturas, esculturas, muebles, armas, textiles e instrumentos musicales que reflejan tanto la evangelización franciscana en la selva central como el diálogo cultural con los pueblos indígenas.
MIRA ESTO: Hasta cuatro tipos de violencia golpean a la región Junín
Las piezas, de valor histórico y artístico, abarcan desde el siglo XVII hasta el XX y muestran desde vírgenes y santos en estilo barroco latinoamericano hasta escenas cotidianas con sello local. En ellas conviven influencias europeas con rasgos propios de las artes andinas, lo que las convierte en testimonio vivo de una identidad mestiza.
TE PUEDE INTERESAR: Huancayo: Se quema su casa, sus bienes y ahorros pero rescata Biblia con S/200 en su interior
Más allá de su carácter religioso, estos bienes permiten comprender cómo el arte católico se fue adaptando al contexto peruano y cómo, a través de retablos, esculturas y objetos litúrgicos, se forjó una narrativa visual que marcó la vida cultural de la región. El convento de Ocopa, fundado como misión franciscana, se consolida así como un guardián del patrimonio y la memoria del país.




