La adulta mayor ha cumplido 115 años de edad y revalida así el reconocimiento de la mujer más de la región Ica. Su onomástico lo celebró el pasado 5 de diciembre con un compartir en su hogar, ubicado en el caserío Santa Vicenta, en el distrito de Santiago, donde acudieron sus decenas de nietos, bisnietos y tataranietos. El acto celebratorio cumplió con todas las medidas de bioseguridad por el contexto de la pandemia de la COVID-19.

Centenaria mujer con decenas de tataranietos

Rufina, que cumplió más de un centenar de años a principios del presente mes, aprovechó la celebración para saborear una porción de pastel y los platos típicos representativos de la zona. La mujer considerada como la más longeva del departamento iqueño, nació el 5 de diciembre de 1906. según su Documento Nacional de Identidad (DNI), es natural del distrito de Cayara, un pequeño pueblo de los andes peruanos que se encuentra en la provincia de Víctor Fajardo, perteneciente a la sureña región de Ayacucho.

Su hijo Julio Ipurre, comenta que el núcleo familiar de la señora Rufina Ipurre está conformado por 7 hijos, 15 nietos, 52 bisnietos y 21 tataranietos. Además, indicó que ella reside en el distrito de Santiago desde hace más de 40 años. Precisó que su madre solo se expresa en quechua y cuenta con un buen estado de salud, a pesar de que presenta dificultad para caminar. El secreto de la adulta para vivir tantos años es la alimentación natural y brindar con una copa pequeña de vino diariamente, según detalló.

“Mi madre acaba de cumplir 115 años de sabiduría y experiencia, yo vine a Ica en el año 1975 y después traje a mi mamá desde Ayacucho en el año 1980. A ella le gusta el maíz, trigo, cebada, le gusta mucho comer carne de pollo, casi siempre se dedicó a la actividad de la agricultura y en la sierra tenía vacas, ovejas, que era la fuente de ingreso económico de la familia. Ahora ya no puede caminar, pero su estado de salud es bueno, inclusive a algunos miembros de la familia les dio el coronavirus, pero a ella no”, declaró.

La anciana ha celebrado más de un centenario alimentándose de manera normal todos los días, por lo que tiene maravillados a sus vecinos, no solo por su longevidad, sino porque se encuentra en buen estado de salud gracias a una buena alimentación y una vida saludable.

Doña Rufina Ipurre Arotinco ha vivido dos centenarios de la independencia por lo que su comunidad la agasaja y ve en ella un ejemplo a seguir por sus consejos alimentarios y estilo de vida saludable.

Pese a su longevidad, los 115 años de Rufina no superan todavía el reconocimiento de Andrea Gutiérrez Cahuana, considerada la persona viva más longeva del Perú hasta el 6 de febrero de 2020, fecha en la que falleció a la reclamada edad de 123 años y 257 días.