Ahora que está por empezar un nuevo año escolar, resulta oportuno destacar los aportes de los autores y maestros atentos a los programas, actividades y tareas lectivas, en cuyo conjunto adquiere especial y máxima importancia los libros que han de recorrer los estudiantes. La tarea no es fácil, sobre todo por falta de preparación de muchos de los docentes, de los padres de familia y el afán de muchos editores y libreros, más atentos a la implementación de los planes lectores de los programas regionales que a los aspectos teóricos de la enseñanza.
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CREATIVIDAD LITERARIA NO LITERATURA INFANTIL
En realidad, hay quienes, por ignorancia o suposición, consideran que literatura infantil es la que escriben y producen los niños. Nada más falso; eso no es literatura infantil, sino creatividad literaria, pues ningún niño o estudiante de nivel básico está en condiciones de ser autor de libros, especialmente de literatura. No hay que caer en la ingenuidad o ilusión de que estamos ante un futuro poeta o narrador. El asunto es, pues delicado, así que hay que ir con cuidado.
LA AUTORA
Varias características de la literatura infantil se aprecian de manera muy clara en la producción de los textos de Carmen Castro Valle, natural del distrito de Uchucmarca, en la provincia de Bolívar. Es maestra en Educación Primaria, egresada de la Universidad Nacional de Trujillo, quien publicó hace poco el hermoso libro para niños “Anselmo, el caballo de palo”.
La autora es profesora nombrada en la provincia de Julcán y tiene particular vocación por la literatura, especialmente en el ejercicio de la narración. Además, ha seguido estudios de Maestría en Educación y actualmente estudia el nivel de doctorado en la misma área mencionada.
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ANSELMO Y LOS DEMÁS CUENTOS
Bajo el sugerente y animado título de “Anselmo, el caballo de palo”, fruto de una rica y desbordante capacidad creadora, la maestra Carmen Andrea Castro Valle, a partir de una original y delicada observación de la realidad andina, popular y campesina, construye un universo animado y colorido en el que los miembros del hogar y de la comarca se dotan de una animada fuerza vital, a partir de la cual cada historia o relato adquiere su propia consistencia y espesor, de manera que la vida se traspasa de sencillez, gracia, ternura, imaginación e ingenio singulares.
En realidad, los relatos que componen el original y hermoso libro no son complejos ni oscuros, sino que son una clara muestra del mundo cotidiano, de la vida sencilla y apacible, de los quehaceres familiares y populares que, de pronto, adquieren un significado trascendente y particular, en un ambiente cuyo componente principal es la naturaleza animada, viva y fecunda, así como el ambiente del hogar y del propio pueblo andino. Además, en el discurrir de los hechos se observa un sentido afirmativo, optimista y esperanzado de la vida. Por lo tanto, está ausente el tono cruel, violento, triste o pesimista, lo cual, constituye un indiscutible mérito de las diversas narraciones.
Además del cuento que da título al volumen, los otros relatos son: “La taza mágica”, “El picaflor, el gorrión y la planta de maracuyá”, “La pasión de Luciana”, “Tita, la cerdita”, “El colibrí”, “Panchito, el pastor”, “Olga, la costurera”, “Payaso”, “La luna”, “La protesta de los alimentos” y “La huida”.
TÉCNICA DE CONSTRUCCIÓN
La sencillez de construcción, la brevedad y la gracia son caracteres particulares de la técnica de creación y producción de los relatos, de manera que no se advierte mecanismos oscuros y complejos. Según parece, la dimensión ética con que la autora ejerce su magisterio se proyecta también a su quehacer literario, cuya práctica le permite enriquecer su misión magisterial en la formación de la personalidad y sensibilidad artística de los niños y de los lectores en general. Por eso se explica también la actitud del maestro para no censurar el incumplimiento de las tareas de sus alumnos, sino de valorar otras actitudes igualmente importantes y significativas.
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VALORES Y MENSAJES
Los diversos cuentos del mencionado libro desarrollan un claro cuestionamiento a la sociedad de consumo, a la degeneración alimentaria, a la contaminación ambiental, por lo que varios relatos trasmiten también un mensaje enriquecedor y formativo, en procura de una vida sana, equilibrada y saludable, así como en la responsabilidad de los pequeños para asumir sus respectivas responsabilidades, tanto en el hogar, como en el pueblo y en el hogar.
Otro rasgo característico de estos cuentos es que no desarrollan historias de abuso, explotación e injusticias; en tal sentido, los diferentes relatos confluyen en la construcción de un mundo ideal, de vida sana y desarrollada. Por eso es de particular importancia, que los cuentos de este libro no desarrollan historias de violencia, humillaciones o explotación, sino que un sentido afirmativo de la vida recorre como una atmósfera común el universo animado y apacible, lo cual constituye también un gran mérito de la autora quien, por lo demás, rehúye historias o escenas escabrosas, obscenas o vulgares y opta por el relato de historias orientadas a una valoración y afirmación de la vida.
Entonces nos regocija la publicación de estas sencillas y frescas historias con las que la autora y maestra se decide a mostrar su fina sensibilidad creadora y literaria, esta vez plasmada bajo la figura de hermosos, divertidos, entretenidos y sencillos cuentos infantiles ocurridos en el propio y en el mágico mundo andino.
De esta manera, Carmen Andrea Castro Valle, aporta sustancialmente a la educación y a la literatura regional de La Libertad, que exhibe nombres tan representativos, como César Vallejo, Ciro Alegría o Luis Valle Goicochea, quienes explotaron en muy altos niveles el tema educativo. Es su aporte como maestra y escritora.