La UGEL de Chiclayo encabeza la lista con casos por agresiones físicas y castigo corporal.  Las víctimas son estudiantes de primaria y secundaria, y entre los agresores hay personal de las instituciones educativas que han sido denunciados.
La UGEL de Chiclayo encabeza la lista con casos por agresiones físicas y castigo corporal. Las víctimas son estudiantes de primaria y secundaria, y entre los agresores hay personal de las instituciones educativas que han sido denunciados.

La violencia escolar es un problema que avanza y requiere de más acciones por parte de la sociedad. Hasta octubre de este año, se registraron 213 denuncias por agresiones físicas, psicológicas y sexuales en colegios públicos de , Lambayeque y Ferreñafe.

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Esta cifra se encuentra en las estadísticas de SíseVe, el Sistema Contra la Violencia Escolar del Ministerio de Educación (Minedu).


Crítico

Según el registro oficial, es la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Chiclayo la que encabeza la lista con 83 casos de violencia física, 42 por violencia psicológica y 17 por agresiones sexuales.

Mientras que la UGEL de Lambayeque reporta 18 denuncias por violencia física, 5 por violencia psicológica y 15 por violencia sexual.

La UGEL de Ferreñafe tiene 18 denuncias por violencia física, 10 por violencia psicológica y 5 por violencia sexual.

Entre las víctimas están estudiantes de los niveles de primaria y secundaria.

El 60 % de las denuncias tiene como protagonistas a escolares y el 40 % al personal de las instituciones educativas.

Los ataques físicos llegaron a causar lesiones, o se suscitaron mediante el castigo corporal.

La violencia psicológica se manifestó a través del maltrato verbal, la intimidación, acoso, trato humillante, ciber acoso, aislamiento, burlas por condición económica o bajas calificaciones, discriminación e insultos por características físicas o por timidez.

En lo que corresponde a la violencia sexual, las víctimas son menores de primaria y secundaria, y entre los responsables están estudiantes y docentes o personal administrativo.

Se han reportado denuncias por tocamientos indebidos, actos libidinosos o de connotación sexual, hostigamiento sexual por identidad de género y violación, tal como se denunció en mayo de este año con el caso de un escolar de primaria de Ferreñafe.

Pese a los esfuerzos para comunicar los hechos, la comunidad estudiantil necesita de apoyo especializado para abordar este complejo tema.


Carencias

La decana del Colegio Profesional de Profesores de Lambayeque, Violeta Cubas Llamo señaló que la violencia escolar va en aumento.

“Los casos demoran en atenderse, porque las instituciones educativas no cuentan con el personal capacitado. Se necesita de psicólogos y terapeutas, porque se tienen que reencauzar las conductas y brindarles una formación de acuerdo a su edad y en esa labor se debe involucrar a la familia”, sostuvo la docente.

Añadió que el Minedu hace bien en poner a disposición canales para realizar denuncias, pero se hace cada más imperante que destine más presupuesto para la contratación de especialistas.

Cubas invocó a los maestros y padres de familia a reportar cuanto antes los hechos de acoso y violencia en las aulas, a fin de poner un alto a este problema que perturba el desarrollo de los estudiantes.