Una serie de cuestionamientos contra el presidente de la República Pedro Castillo Terrones, ha llevado a que la mayoría de la población lo desapruebe, mientras que más del 60% espera que el mandatario renuncie al cargo.
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Desaprobación
La encuesta nacional urbano rural de Ipsos, encargada por América TV, revela la desaprobación del presidente Castillo Terrones en un 76% y esto se debería a los constantes cambios en los gabinetes, los presuntos actos de corrupción a los que se han visto involucrados, el alza del precio del combustible y de los productos de primera necesidad. Estos últimos han hecho que los peruanos salgan a las calles a protestar. Además, la encuesta precisa que solo el 19% aprueba la gestión del titular del Estado y un 5% no precisa.
El Constitucionalista y docente de la Universidad de Piura (UDEP), Carlos Hakansson, sostuvo que, a casi nueve meses de gobierno, solo se observa el deseo de instalar una agenda compuesta por una carga ideológica que dista de las reales necesidades del país.
“Su común denominador es el nombramiento de personas en la Administración Pública que sean funcionales a los propósitos del régimen que se quiere implementar, importando menos sus capacidades personales y profesionales para ocupar el cargo. Un plan que comienza con la elección del presidente de la República, su gabinete y el resto de altos funcionarios”, precisó Hakansson.
Esto ha llevado a que el actual gobierno no logre compensar o cumplir las promesas hechas durante la campaña electoral de Castillo Terrones, donde anunció una serie de promesas. El especialista de la UDEP, señaló que el nuevo régimen no ha creado una retórica que sea “comprada” por los sectores más vulnerables, quienes son los más afectados.
“La lucha contra la corrupción, nueva patria, no más pobres en un país rico se agotaron para dar esperanza. Por otro lado, la vuelta a la inflación y encarecimiento de los bienes de primera necesidad nos retorna a la coyuntura del siglo pasado, que nos costó salir con mucho sacrificio, sumado a que los gobiernos anteriores no implementaron las denominadas reformas de “segundo piso” (más y mejor infraestructura, leyes antimonopólicas, reforma tributaria, formalización de la economía, etc.). A estas alturas, resulta evidente que el actual gobierno tiene interés de retornar al modelo económico velasquista, pero es precisamente el sector informal quién se lo impide”, declaró.
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Asimismo, el especialista indicó que ese 63% que solicita la renuncia del mandatario se debe a que los políticos son de ideología más extremista y radical que, además de un mal gobierno y con claros indicios de corrupción, suelen “atornillarse” en el poder.
“Palacio de Gobierno se convierte en un refugio para continuar con sus tropelías y evitar ser procesados penalmente”, añadió.
De otro lado, sostuvo que será muy difícil que Perú recupere la estabilidad política y económica, pues hay muchos factores que no permiten que eso ocurra.
“No olvidemos que se trata de una crispación política que comienza en julio del año 2016, que produjo ingobernabilidad, renuncia y sucesión presidencial, nefastas reformas políticas, copamiento ideológico institucional, una vacancia, errónea percepción de una ciudadanía mal informada y las consecuencias del último proceso electoral. Nada de lo ocurrido fue casual sino que fue “cocinado” en el tiempo”, finalizó el especialista de la Universidad de Piura, Carlos Hakansson Nieto.