La leche es una de las bebidas más populares del mundo: el ingrediente principal del desayuno. Además es una buena fuente de proteínas, aminoácidos, fortalece los huesos, previene la osteoporosis y favorece el metabolismo de las personas. Si quieres aprovechar todos sus beneficios durante más días, a continuación te compartimos algunos tips para mantener la leche fresca.
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Al momento de comprar de la leche
- Realiza todas tus compras y deja la leche para el final. De esta manera, no estará sin refrigerar durante mucho tiempo y será menos probable que se se generen bacterias dañinas en ella.
- Antes de ponerla en tu bolsa del mercado o carrito, revisa la fecha de caducidad para elegir la opción que tenga un plazo más largo de consumo.
- Cuando llegues a casa, refrigérala lo antes posible. Tampoco la dejes en la mesa mientras haces otra cosa. Se recomienda que tomes la porción necesaria y guardes el resto inmediatamente.
No la pongas en la puerta del refrigerador
¿En qué lugar de la refrigeradora o nevera conservamos la leche? De seguro es en la puerta, que es donde la coloca casi la mayoría. Entre otras cosas porque los envases que compramos en el mercado parecen diseñados especialmente para esa zona del refrigerador. Bueno resulta que es un error y es el último sitio que conviene a esta clase de lácteos y aquí te explicamos por qué.
Pues porque es la zona de la nevera menos fría y más sometida a cambios de temperatura, esto debido al frecuente abrir y cerrar de la puerta, muy perjudiciales para unos productos tan delicados como la leche y los lácteos como el yogur que no deben romper la línea de frío desde que los adquirimos.
Este espacio es ideal para productos con conservantes naturales, como la mayonesa, el ketchup, la mostaza y otras salsas envasadas o los jugos industriales. En las repisas más grandes de la nevera en la puerta se puede poner el agua, vino y otras bebidas embotelladas. Cocinados arriba, crudos abajo.
Mantenla en su envase original
Es recomendable mantener la leche en su envase original para conservar su sabor y beneficios nutricionales. El empaque siempre debe estar cerrado y lejos de los alimentos con olores fuertes en el refrigerador, ya que este lácteo se impregna fácilmente de los aromas intensos.
Si tomas un vaso de leche y no te lo acabas, no lo regreses al cartón o envase. Este hábito podría provocar que el resto de la leche se eche a perder. Guarda el sobrante en otro recipiente tapado, mételo al refrigerador y consúmelo lo antes posible.
En el caso de la leche enlatada, consérvala a temperatura ambiente mientras esté cerrada. Cuando la abras, pásala a un frasco de vidrio con tapa y refrigera. Úsala en los próximos días después de abrirla.
¿Cómo ahorrar dinero al cocinar?
Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.