Pobladores piuranos disfrutan de este platillo especial.
Pobladores piuranos disfrutan de este platillo especial.

Muchos quizás no conocen lo que es un “Puchero”, como . El “puchero” es una tradición culinaria que une a las familias y amigos alrededor de la mesa, durante la festividad religiosa de San Francisco de Asís.

En Piura, luego de la misa en la iglesia San Francisco, se sirvió el sabroso “Puchero”, en el día que se rememora el Perdón de Asís o Porciúncula, que recuerda la petición de San Francisco por la indulgencia de los pecadores.

Dicho sea de paso, el “Puchero”, que se reparte en el convento de los Descalzos en Lima, ha sido declarado por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2019.

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El “Puchero” es un guiso abundante que tiene como ingredientes carne de res, cerdo y pollo, garbanzos, papa, yucas, choclo, zanahorias, col china, verduras y sal al gusto, que se hierven en una sola olla, creando un caldo con un sabor único.

“Más que un plato, es un símbolo de comunidad y acogida. Nadie se va sin comer ni sin ser abrazado por la fraternidad. El “puchero” franciscano es un plato que se sirve en esta tradicional fiesta que recuerda el pedido de San Francisco a Dios de conceder indulgencias plenarias. Lo servimos como un alimento de consuelo y servicio para los más necesitados, siendo un instrumento de Dios para todos los que necesiten ayuda”, nos dice Marisol Rodríguez, hermana franciscana seglar.

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HISTORIA

La tradición data de inicios del siglo XX, cuando los fieles dedicados a la oración y ayuno se olvidaban de comer, lo que llevó a los religiosos franciscanos a compadecerse por ellos y prepararon una olla que alimentó a cerca de mil personas que asistieron entonces para su absolución.

En Piura, se celebra con especial cariño en las iglesias franciscanas, como el Santuario San Francisco de Asís y la Capilla San Antonio de Padua. Recuerda la indulgencia que obtuvo San Francisco de Asís, que permite recibir el perdón completo de todas las penas del purgatorio, consiste además en el perdón de todos los pecados cometidos en el pasado hasta el día en que se recibe esta indulgencia.

Es una fiesta de misericordia, nos recuerda cuánto ama Dios a cada uno de nosotros. San Francisco no pidió privilegios para él, sino que rogó una gracia para todos: que todos podamos volver a Dios con el corazón limpio, renovado, y con esperanza. Es como una fiesta del perdón gratuito y amoroso de Dios”, finalizó.