“Nuestras papas nativas, que se cultivan sobre todo en las alturas, son un alimento rico en nutrientes,  que debemos lograr que más gente consuma”, sostiene Jimena Agois, fotógrafa y periodista gastronómica.
“Nuestras papas nativas, que se cultivan sobre todo en las alturas, son un alimento rico en nutrientes, que debemos lograr que más gente consuma”, sostiene Jimena Agois, fotógrafa y periodista gastronómica.

Nos acercamos al 30 de mayo, fecha en la que se celebra el Día Nacional de la Papa. Es usual que en este espacio hablemos sobre el tema y este año no será la excepción. Existen alrededor de cuatro mil variedades de papa y en nuestro país hay más de 2300 papas endémicas. Lo valioso de este producto es que cada una de estas variedades son distintas en textura, color y sabor. Son pocas las variedades que consumimos diariamente, sobre todo en la capital. Papa blanca, amarilla, huamantanga, peruanita o canchán, son algunas de ellas pero quedan otras miles que ni siquiera sabemos muchas veces dónde comprar.

Hoy en día, gracias a los mercados de barrio que se han abierto, las agroferias campesinas de Magdalena o Miraflores, muchas de estas papas nativas llegan a la mesa de los limeños, sobre todo en esta temporada, logrando que miles de agricultores de nuestro país hayan podido mejorar sus ingresos, crecer su producción y sobre todo, vender su cosecha a precios más justos.

DIVERSIDAD

Nuestras papas nativas, que se cultivan sobre todo en las alturas, son un alimento rico en nutrientes, que debemos lograr que más gente consuma, ya que esto genera que los agricultores quieran seguir con su importante trabajo en el cuidado de nuestra biodiversidad. Pero sobre todo, que las nuevas generaciones quieran continuar el trabajo de sus padres, y así evitar el abandono de las tierras que tanto está sucediendo, no sólo con el cultivo de nuestras papas nativas sino en el campo en general.

El cultivo de papa en el Perú es, hoy en día, el más importante, social y económicamente, ya que involucra en su labor a más de setecientas mil familias rurales que hoy se ven afectadas por la actual crisis sanitaria. La papa tiene alrededor de diez mil años de historia, es prácticamente el ADN de nuestra cocina, tanto como el ají.

Aprovechen estos días de festividad alrededor de nuestras papas nativas para probar aquellas que nunca han visto, cocinado o degustado. Su consumo es necesario para mantener a nuestros agricultores y nuestros insumos. Las preparaciones son infinitas, desde algo tan sencillo como unas papas al horno con aceite de oliva y sal, a platos más tradicionales como un delicioso ajiaco de papa, papa rellena, pastel de papas nativas, entre otros. Aprendamos que la papa tumbay es perfecta para cocinar al vapor, o la papa amarilla es la que debe utilizarse para hacer causa, la papa peruanita funciona muy bien para sancochado y ensalada pero no para freír. Poco a poco vamos a volvernos lo suficiente exigentes para elegir siempre papas cuyo origen sea local. Y ¿por qué es esto importante? Porque con ello contribuimos al desarrollo de peruanos que se dedican a su cultivo, nos acostumbramos a consumir productos locales, valoramos su origen, aprendemos de sus variedades y sus usos, para que nuestros platos queden más sabrosos. Y así nuestra cadena alimentaria: productor, comprador, cocinero y consumidor crece fuerte.