Este año, las vacaciones comenzaron en Barcelona. Nos reencontramos con la capital catalana después de diecisiete años de haber vivido allí. Una ciudad que atrae a muchos peruanos cuando están por España, ya sea por estudios o turismo. Cuando se trata de lo mejor que hacer en Barcelona, los clásicos siguen brillando. Gracias a una inteligente regeneración urbana, sus playas y puertos deportivos invitan más que nunca a pasear y cenar frente al mar. La Sagrada Familia continúa su ascenso, imponente. Y la ciudad ha recuperado con fuerza su fama culinaria.
Después de seis días recorriéndola sin parar, aquí les dejamos algunas recomendaciones para su próximo viaje. Ojo: esta lista revela las múltiples caras de Barcelona —atractiva, rebelde, inesperada, deliciosa— con el objetivo de que regresen a casa habiendo vivido la ciudad, no solo observado sus postales. Así que, como dicen los catalanes: benvinguts.
Turismo: santa maría del mar. Si le preguntan a cualquier barcelonés cuál es su iglesia favorita, estoy segura de que responderán: Santa María del Mar. Si han leído la novela La catedral del mar, de Ildefonso Falcones, ya saben más de lo que creen. Pero en la vida real, la historia del templo es casi más extraña que la ficción: en 1428, un gran terremoto la sacudió; luego, en julio de 1936, fue incendiada y ardió durante once días seguidos. La extraña sensación de calma que transmite al entrar se debe en parte a sus proporciones: columnas altísimas, separadas 13 metros entre sí, y una anchura poco común para su época. Combinada con los vitrales, esta ligereza arquitectónica genera una experiencia casi mística, como si alguien te elevara hacia el cielo. Imperdible.
Montjuïc. Otro lugar que no puede faltar en su itinerario. Entre restos históricos, jardines botánicos e instalaciones artísticas, Montjuïc guarda muchas sorpresas. Esta colina ofrece una vista espectacular de la ciudad y del mar Mediterráneo. Es, además, el escenario perfecto para un picnic al aire libre cuando el clima acompaña. Recomendamos revisar los horarios del espectáculo de la fuente mágica y no perderse el teleférico.
Alojamiento: Kimpton Vividora. Nos alojamos en el Kimpton Vividora, la primera incursión de la marca Kimpton en España. Un hotel con carácter propio, que ha sabido plasmar estilo e individualidad en el corazón de Barcelona. Aunque cueste creerlo, este espacio es un refugio seductor en medio del bullicio del Barrio Gótico. Ubicado a solo cinco minutos a pie de la catedral (ojo, no confundir con la famosa Sagrada Familia) y de las concurridas Ramblas, el hotel se esconde entre los callejones históricos y los animados bulevares del centro. Una grata sorpresa: un oasis urbano que combina el confort de sus habitaciones —con balcones estilo Julieta en las superiores y amplias terrazas en las suites— con una azotea encantadora. Desde allí, pueden disfrutar de la piscina, el bar y un restaurante con vistas que valen la pena.
Gastronomía: Sabor peruano con vista. Si buscan un rincón con sabor peruano y vista privilegiada, el rooftop de Maymanta les va a encantar. A cargo del chef Omar Malpartida, ofrece una cocina peruana vibrante en un entorno único, con panorámicas de toda la ciudad.
Otro imperdible es Warike Project, cerca de la playa, un proyecto de cocina callejera peruana liderado por Jeff Espinoza y Roser Comellas. Respetan los sabores auténticos del Perú en un formato informal, ideal para disfrutar de un ceviche antes de seguir rumbo al mar.
¿Listos para redescubrir Barcelona?
Cocina local
“Estimar” es una joya escondida en las estrechas calles del Born. Inaugurado en 2017 por el chef Rafa Zafra (ex Arzak y El Bulli), este íntimo comedor celebra el producto del mar, la estrella es la pesca del día.
“Compartir”, la versión barcelonesa del restaurante de Cadaqués de el trío de chefs detrás de Disfrutar: Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas.





