“Una fiesta alrededor de la cocina tradicional, donde hubo risas, abrazos, mucho sabor y se cerró bailando salsa de la buena”, comenta Jimena Agois, periodista y fotógrafa gastronómica
“Una fiesta alrededor de la cocina tradicional, donde hubo risas, abrazos, mucho sabor y se cerró bailando salsa de la buena”, comenta Jimena Agois, periodista y fotógrafa gastronómica

El sábado 26 de octubre, los jardines de Piedra Infinita de Bodega Zuccardi albergaron a más de 10 mujeres para cocinar Latinoamérica. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y República Dominicana fueron los países participantes en un evento donde la cocina tradicional de nuestra región se preparó al calor del fuego y con mucha paciencia en un enorme número de ollas de distintos orígenes, formas y materiales.

Latinoamérica es una región vasta y extensa, donde los cánones de la sociedad siempre dictaron que la cocina y el hogar eran cosa de mujeres; y aún hoy en día, mucha gente sigue pensando así. Por siglos ellas han sido las que mueven la olla, valerosas, con expresiones culinarias sustentadas en su rica biodiversidad y herencia. Hacedoras de los sabores regionales, de la práctica culinaria en sus casas a través de la participación familiar como proyecto global de vida, y en sucesivas generaciones desde la experiencia y el conocimiento tradicionales.

Son muchas las mujeres que han sabido entrar en el sector de la gastronomía y hacerlo tan bien como los hombres, muchas de ellas revolucionan el papel de la mujer en la cocina constantemente y en sus platos son frecuentes conceptos como tradición, ingredientes locales, pueblos indígenas, biodiversidad o raíces. Las mujeres en este maravilloso evento organizado un año más por la familia Zuccardi, nos recuerdan que es en la cocina, en el campo, y alrededor de la mesa que hacemos nuestro trabajo más vital como seres humanos. Un despliegue de sabor e inmensidad cultural. Una clara demostración de que las cocineras de hoy tienen tanto y más que contar.

Bajo el intenso sol y con una vista única a las montañas, los guisos comenzaron a hervir, y los visitantes se deleitaron con sabores llegados de todos los rincones de la región.

Lengua de Leo Espinoza y Mote de Rosa Bertel (Colombia), el suave cordero de Inés Paéz (República Dominicana), Carapulcra con cerdo crujiente de Cinzia Repetto de El Bodegón (Lima) y el suave y cremoso arroz con langostinos de Perú de Astrid Gavino de La Mar Buenos Aires. El querendon pastel de choclo de Carolina Bazán (Chile), tacos y mole oaxaqueño de Thalía Barrios (México), una maravillosa moqueca de Lisiane Arouca (Brasil). De Argentina: el kiveve desde el Impenetrable chaqueño, humitas jujeñas, pasteles de novia y la lengua a la vinagreta. De postre, arroz con leche y natilla y más de Narda Lepes, Florencia, Rodríguez, Alina Ruiz, María del Carmen Vicario, Vanina Chimeno y Ginella Mazzocca. Para cerrar la jornada, al caer la tarde, no podían faltar las empanadas de carne de Chaca Vicario que acompañaron los últimos brindis junto a inolvidable atardecer.

Un menú abundante, diverso, sabroso y contundente, donde la tradición puesta al día brilló y encantó a los comensales. Guisos de olla regionales que alimentan nuestro recetario cotidiano, lo llena de historias e inspira empatía y unión. Una vez más la comida no sólo alimenta el cuerpo, sino el alma de una comunidad. Se trata de relaciones, supervivencia y creación del futuro.

Fue una fiesta alrededor de la cocina tradicional, donde hubo risas, abrazos, mucho sabor y se cerró bailando salsa de la buena. Los vinos de Zuccardi acompañaron cada momento del día, con Julia Zuccardi y su madre, Ana Amitrano, atentas de todo. No es el primer evento que organizan para celebrar la cocina latinoamericana, pero sí el primero en el que las protagonistas son mujeres. “Fue una alegría enorme haber podido congregar en nuestra casa a grandes y queridos referentes de la cocina de nuestro continente”, afirma Julia Zuccardi, responsable de Turismo y Hospitalidad de la bodega familiar y organizadora de Latinoamérica Cocina, ciclo culinario que desde hace varios años congrega a altos referentes de la gastronomía continental junto a los vinos de Sebastián Zuccardi. “En 2019, junto a Narda Lepes, comenzamos a imaginar un gran homenaje a la cocina de olla Latinoamericana. Un encuentro con el fin de revalorizar las recetas transmitidas oralmente de generación en generación y que conforman los orígenes más profundos de lo que comemos. La pandemia nos obligó a dejar la idea en stand by, y hoy estamos inmensamente felices de haberla podido concretar”, comenta Julia.

No importa el idioma, el país en el que hayas crecido, incluso que no se compartan las mismas ideas políticas, no hay nada que una más a la gente que sentarse alrededor de la mesa a disfrutar de una sabrosa comida, de esas que reconfortan el alma y que abrazan. Qué bonito: “Latinoamérica Cocina”.