Las quintas miraflorinas siempre han tenido un encanto especial, y abrir un restaurante dentro de una siempre va a ser peculiar y entretenido para el comensal. Más aún si la personalidad del cocinero se proyecta en su local, y eso es lo que encontramos en la quinta Bustos, en la encantadora casa que alberga el local de Amankaya restaurante.
Rock, punk o metal de fondo, a un volumen adecuado para disfrutar de la comida y la conversación con los amigos, así como colores vivos, varias mesas al aire libre y un servicio atento es lo que propone su chef, Gabriel Osorio, que ofrece una cocina marino - nikkei de sabores potentes y porciones generosas elaborada con insumos sostenibles y de temporada.
Comenzamos la visita con un tartar de verano, hecho con pesca del día, salsa acevichada correcta y un crocante de arroz para acompañar. Seguimos con el muchame de bonito, emulsionado en ajo, tomillo y aceite de oliva, logrando una suerte de jamón de pescado curado por tres días, muy sabroso, se sirve con palta, tomate y la focaccia de la casa. El pescado es firme y su sabor fuerte se balancea perfectamente junto a la palta y el tomate, logrando un bocado lleno de sabor.
Seguimos con unos popcorn de pescado, acompaña una ligera mayonesa con toques de BBQ. Los langostinos furai se sirven con una balanceada honey mustard de maracuyá, y las causitas vienen con pesca del día y salsa acevichada. Platos muy bien presentados para lo relajado que se siente el local. Dentro de la propuesta fría su ceviche tradicional está muy bien logrado, fresco y con el correcto punto de acidez.
El tiradito nikkei es un rollo de pesca del día y kiuri, leche de tigre, salsa ácida de ostras, puntos de hoisin, palta y togarashi. Para los veggies tienen un ceviche de champiñones grillados, y también encontramos en la carta un interesante tiradito de pescado azul en salsa de ají amarillo, miel de maracuyá y un toque de aceite de trufa que suele encantar a los visitantes.
Continuamos con los platos calientes, y algunos tibios, como los sanguchitos de pescado crocante, palta, abundante tártara y criolla para refrescar. La sartén de tataki de bonito con aromas de bosque montado sobre aderezo de loche y culantro es muy sabroso, el curry de mariscos y papa peruana hecho con ajíes peruanos se acompaña de arroz blanco graneado y los anticuchos son como debe ser, de corazón de res, con sazón de carretilla, siempre con papita y choclo al costado para acompañar.
Sus arroces son muy buenos, y el lomo saltado correcto y contundente. Se sirve con arroz cremoso y ají. Su carta nocturna es más corta, pero igual de poderosa y la propuesta de barra entretenida y con una buena selección de cócteles de autor, así como una amplia de opciones en mocktails para quienes no quieren alcohol con su comida.
Siempre hay lugar para el postre y Amancaya tiene buenas propuestas, un terremoto de lúcuma, una contundente torta de chocolate, servida por supuesto con helado, fudge y berries. Tres leches decorado con crema batida y canela, y un merengado de chirimoya muy bueno.
Un local para visitar, tanto de día como de noche, agradable, con un servicio atento y un ambiente relajado, donde sin duda disfrutará su visita de principio a fin.
Amankaya
Se encuentra ubicado en la Av. 28 de Julio 562, Casa G (Quinta Bustos), Miraflores. Su horario de atención es de martes a sábado de 12:30 a 16:00 y de 19:00 a 11:00 horas. Horario de bar: de 12:30 a 11:00 horas. Reservas: 936-354-615 y lo pueden encontrar en www.amankayaperu.com
Siempre hay lugar para el postre y Amankaya tiene buenas propuestas.