La oferta de vestuario para las mascotas, en especial para perros, se ha disparado con un sinfín de alternativas, que van desde chalecos hasta polerones y pantalones de buzo, sombreros, cuellos, calcetines y zapatos. Pero, ¿hacemos bien los humanos con vestir a nuestras mascotas? ¿Cuándo corresponde vestirlas y cuándo simplemente responde a un capricho de su dueño?
La directora de la Comisión Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), Viviana Valenzuela, dice que los perros tienen cinco características principales relevantes para adaptarse a las diferentes condiciones climáticas: el tipo de pelaje, el color de éste, el tamaño del animal, su edad y la condición corporal que posea.
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Los perros de pelaje grueso y de doble capa, como los siberianos, akitas o boyeros, entre diversas razas que vienen del hemisferio norte, están mejor preparados para soportar climas más fríos que los perros de vello muy fino y corto, como galgos y perros desprovistos de pelo.
Un pelaje más oscuro tendrá mejor capacidad para retener el calor en un día templado con algo de sol que uno más claro, al igual como ocurre con un perro de mayor tamaño y envergadura respecto a otro más pequeño. En cuanto a la edad, los cachorros y los más viejitos son aquellos que tienen más problemas con los climas fríos.
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Alejandra Santelices Herrera, veterinaria, etóloga y directora de la Fundación EMA explica que los perros cambian de pelaje dos veces al año, como una manera de prepararse para las temporadas que se avecinan. “Para las temperaturas de frío, en invierno, cambian a un pelaje más tupido; y al comenzar el calor vuelven a un pelaje que les permita tolerar las temperaturas más altas de primavera y verano”, dice la experta.
Un perro que vive en un ambiente permanentemente calefaccionado puede perder la capacidad de tolerar las bajas temperaturas. Esto no significa que lo mejor es que vivan en el exterior, porque allí también pueden sufrir las consecuencias de las bajas temperaturas, pero sí a estar atentos a esos bruscos cambios térmicos y abrigarlos.