Cuando veo lineamientos y normas técnicas de política educativa del Minedu, órganos de gestión descentralizada, e inclusive de colegios -confusas. Incompletas y burocráticas- respecto a la programación y desarrollo de la “Tutoría y Orientación educativa” no siempre siento la plenitud y satisfacción que debiera sentir, al haber tenido un rol protagónico en su génesis, implementación, desarrollo y su mejora continua. Por eso creamos la dirección de Tutoría y Orientación Educativa, inexplicablemente desactivada el 2015 .Atención estimado ministro para que la restituya.

La tutoría la viví y experimenté cuando trabajé como docente, tutor, coordinador y director en el Colegio León Pinelo. También como profesor en colegios públicos del país. Pero sobre todo cuando se concibió conceptual y normativamente en el Minedu siendo viceministro de Educación. La tutoría es un servicio educativo permanente de acompañamiento socio-emocional y cognitivo-intelectual íntimamente ligado a la gestión curricular, en un marco de formación integral de acuerdo al desarrollo evolutivo de nuestros alumnos.

No solo es responsabilidad del “tutor formal”, sino también del director, docentes, auxiliares, “psicólogos escolares”( Si hay en el plantel) y de los padres de familia.

No es una clase de 2 horas a la semana (antes 1hora ) como algunos funcionarios y especialistas consideran cuando les piden a los directores que exijan a sus tutores “planes milimétricos e instructivos de estas sesiones” a partir de programas rígidos y lleno de temas y actividades. Por eso cuando tengo encuentros con maestros les pido que en el acompañamiento permanente (y en estas 2 horas) no olviden que en todos los espacios y tiempos de este servicio con énfasis socio-emocional debe primar la observación . la escucha . el diálogo y la contención emocional, diferenciando “lo manifiesto de lo latente” en los desempeños educativos de los alumnos.