Especialistas advierten que este adaptógeno puede ayudar a mejorar el descanso y la calma, siempre que se use con supervisión profesional y hábitos saludables.
Especialistas advierten que este adaptógeno puede ayudar a mejorar el descanso y la calma, siempre que se use con supervisión profesional y hábitos saludables.

Dormir bien se ha convertido en un desafío para miles de personas en el Perú. El estrés, la exposición constante a pantallas, una alimentación inadecuada y malos hábitos nocturnos han incrementado los casos de insomnio y sueño fragmentado.

En este contexto, ha crecido el interés por alternativas naturales que ayuden a mejorar el descanso, entre ellas la ashwagandha, una planta de uso ancestral que hoy cuenta con evidencia creciente sobre su efecto relajante y su rol como adaptógeno.

“La ashwagandha puede integrarse a la rutina diaria como un soporte natural para manejar el estrés, siempre que su uso vaya acompañado de buenos hábitos del sueño y estilos de vida saludables”, explica Jenny García, jefa de Nutrición de SANNA División Ambulatoria.

Qué dice la evidencia científica

De acuerdo con la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), la ashwagandha muestra resultados prometedores en la reducción del estrés y la mejora del sueño, aunque se recomienda su uso bajo supervisión profesional.

Entre los beneficios más estudiados destacan la disminución del cortisol, la reducción de la ansiedad y la promoción de un estado de calma que facilita conciliar el sueño.

Cinco recomendaciones para usar ashwagandha de forma segura

La especialista de SANNA División Ambulatoria recomienda considerar los siguientes puntos antes de consumir este suplemento:

  1. Elegir productos de calidad: Optar por suplementos certificados y de marcas confiables. Es importante verificar que incluyan una concentración estandarizada de withanólidos, especialmente witaferina A, su principal componente activo con propiedades adaptógenas y antiestrés.
  2. Tomarla en el horario adecuado: Muchas personas responden mejor si la consumen entre una y dos horas antes de dormir. En casos de estrés diurno, también puede tomarse por la mañana, siempre bajo recomendación médica.
  3. Cuidar la dosis: Evitar la automedicación. Las dosis varían según la presentación y las necesidades individuales. Un profesional de la salud debe indicar la cantidad adecuada para prevenir efectos adversos.
  4. Consultar si se toman otros medicamentos: Quienes usan ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos o fármacos para hipertensión o diabetes deben consultar previamente. No se recomienda su uso en gestantes ni mujeres en periodo de lactancia.
  5. Darle tiempo para actuar: La ashwagandha no actúa como un sedante inmediato. Sus beneficios suelen percibirse tras dos a seis semanas de uso regular.

La importancia de combinarla con hábitos saludables

La nutricionista señala que la ashwagandha es más efectiva cuando se acompaña de rutinas saludables, como:

  • Mantener horarios fijos para dormir y despertar.
  • Evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
  • Reducir el consumo de cafeína después del mediodía.
  • Consumir una cena ligera y de fácil digestión.
  • Practicar técnicas de relajación como respiración o estiramientos.
  • Mantener el dormitorio oscuro, ventilado y silencioso.

Cuándo buscar ayuda profesional

Si el insomnio ocurre más de tres veces por semana, persiste durante varias semanas o afecta el desempeño diario, se recomienda buscar evaluación profesional. Un cuadro prolongado puede estar asociado a trastornos del sueño u otros problemas de salud.

“La ashwagandha puede ser un aliado natural para mejorar la calidad del descanso, pero su uso debe estar respaldado por una indicación profesional, especialmente si existen antecedentes médicos o se consumen otros medicamentos”, enfatiza García.