Problemas gastrointestinales, respiratorios y cutáneos son algunas de las manifestaciones inmediatas que alertan sobre esta condición en niños y niñas
Problemas gastrointestinales, respiratorios y cutáneos son algunas de las manifestaciones inmediatas que alertan sobre esta condición en niños y niñas

Dentro de los primeros tres años de vida, los infantes pueden padecer de alergia a la proteína de leche de vaca (APLV), una condición que aparece desde el nacimiento y se caracteriza por una respuesta exagerada del sistema inmunitario (defensas) a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína; la primera no se encuentra en la leche materna.

La alergia se evidencia a través de problemas gastrointestinales, respiratorios y cutáneos, que se manifiestan inmediatamente en los bebés después de consumir las proteínas de la leche de vaca.

“Las alergias alimentarias, a medida que el intestino madura, van desapareciendo de forma gradual”, explica la nutricionista chilena Consuelo Muñoz.

SÍNTOMAS

Los síntomas más frecuentes son los cutáneos, que se expresan como rash, eritema peribucal, urticaria, edema de labios y párpados; seguidos de digestivos como el picor en lengua, garganta y paladar, diarrea, sangrado en las heces, cólico abdominal, náuseas, vómitos, regurgitación, rechazo al alimento, y respiratorios como rinoconjuntivitis, asma y pitidos al respirar.

Sin embargo, también están los casos más graves e infrecuentes que se presentan con anafilaxia. Estos síntomas aparecen en menos de 60 minutos de la toma o de entrar en contacto con la leche.

El tratamiento a la APLV consiste en la suspensión estricta de la leche de vaca de la dieta de la madre y sustituirla por fórmulas especiales como fórmulas extensamente hidrolizadas sin lactosa, proteínas partidas y con menos potencial de alergia.

CIFRA

Se estima que entre el 2% y el 6% de niños tienen esta condición, cifra que se mantiene en progresivo aumento alrededor del mundo.

PREVENCIÓN PARA LA APLV

  • Comida balanceada. Un nutricionista puede ayudar a la madre a planear comidas balanceadas y nutritivas con productos que no contengan leche o derivados. No existe una forma segura para prevenir una alergia alimentaria, pero se pueden prevenir las reacciones si se evitan los alimentos que las causan.
  • Suplementos. Con indicación del pediatra, tal vez sea necesario que la madre y bebé necesiten tomar suplementos para reemplazar el calcio y los nutrientes que se encuentran en la leche, como la vitamina D y la riboflavina.
  • Evitar. La madre que da de lactar no debería ingerir leche entera, baja en grasas, descremada, leche agria, mantequilla, yogurt, helado, queso y cualquier alimento que contenga caseína, suero de leche y otros derivados.
  • Alternativas. Fórmulas hipoalergénicas que se producen con enzimas para descomponer (hidrolizar) las proteínas de la leche, como la caseína o el suero.

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