El encuentro literario organizado por el Departamento de Humanidades, de la Universidad Privada del Norte, es una muestra loable de su compromiso con la lectura apreciativa y el acercamiento a los escritores.
El encuentro literario organizado por el Departamento de Humanidades, de la Universidad Privada del Norte, es una muestra loable de su compromiso con la lectura apreciativa y el acercamiento a los escritores.

Hace unos días, el portal Buenapepa incentivó una bienintencionada “polémica” en torno a la reedición del poemario . Más allá de las aparentes diatribas y de las mayoritarias defensas y de los fundados elogios, lo verdaderamente importante es que la literatura y la calidad de una obra se convirtieron (aunque sea de manera fugaz) en el centro de nuestras lecturas y conversaciones.

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Salieron a relucir, una vez más, las permanentes preocupaciones y discusiones acerca de la calidad de las producciones literarias en nuestra región y en nuestro país. Para unos, después de mucho tiempo, estamos viviendo una promisora primavera literaria. Para otros, es urgente sacudirnos de la miopía crítica que no hace más que contagiarnos de la mediocridad y del provincianismo cultural. Sea como fuere, lo evidente es que en estos últimos años nuevas figuras han aparecido en la escena literaria y nuevos proyectos editoriales y de promoción cultural se erigen como expectantes alternativas.

Iniciativas admirables

Sin embargo, estos hechos no constituyen base suficiente para posibilitar el enriquecimiento de nuestra literatura. La volátil felicidad que nos brindan las redes sociales (número de vistas, reproducciones, likes y/o comentarios) dista mucho del real cimiento que necesita el desarrollo cultural. Hay quienes consideran que nuestro real problema es la inexistencia de críticos; otros cuestionan la proliferación de reseñadores y/o halagadores. No obstante, son poquísimas las personas que asumen con convicción real (a las pruebas me remito) la necesidad de instituir e institucionalizar las prácticas lectoras apreciativas y críticas.

Por esta razón, reconozco y elogio cada una de las iniciativas o de los proyectos y compromisos que admirables docentes, escritores, editores, autoridades educativas y/o ciudadanos(as) soñadores(as) asumen con respecto a la lectura y escritura, en particular, y a la cultura, en general. Muestras loables son los innovadores proyectos de respetables instituciones educativas, los planes institucionales de lectura, las publicaciones populares de algunas editoriales, las actividades culturales promovidas por nuestras universidades, etc.

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Encuentro con escritores

Dentro de este abanico de iniciativas y/o compromisos, quiero destacar dos en particular: el proyecto “Una apuesta conjunta por la lectura y la escritura”, de la Gerencia Regional de Educación de La Libertad (sobre el que escribiré en una posterior publicación), y el compromiso permanente de la Universidad Privada del Norte con la práctica de la lectura apreciativa y con el acercamiento a los escritores y a las escritoras.

Como parte de este compromiso, el sábado 18 de mayo de este año, el Departamento Académico de Humanidades, de la UPN organizó un encuentro entre los estudiantes del curso de Comunicación 3 y el reconocido escritor liberteño Ángel Gavidia Ruiz. Participaron de esta invaluable experiencia cerca de ciento cincuenta estudiantes, con sus docentes, y tres importantes escritores (además de Gavidia, participó el reconocido poeta y estudioso Bethoven Medina y el consagrado escritor Teodoro Alzamora).

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Ecos del encuentro

Luego de este vivencial encuentro, Franchesca Rodríguez Castañeda se alegra de haber leído el libro “Todos sus cuentos”, de Ángel Gavidia. “Nos hemos sumergido en la lectura para entender cada frase, como parte de los mensajes y reflexiones que nos transmite su narrativa maravillosa”, dice. Por su parte, Marco Antonio Hernández (que también ha leído este libro) afirma que “al leer cada capítulo del cuentario pude inferir, sutilmente, que el autor captura los momentos, personajes, lugares y frases con mucha naturalidad”. Para él, “pasear la mirada por cada página es un cóctel de emociones; el lector y el imaginario colectivo aguardan en puntitas cada nueva historia”.

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El profesor Yosset Bermejo, luego de leer la obra de Ángel Gavidia, concluye en que estamos ante “una figura representativa de la literatura local; es un escritor que ve el mundo a su manera: un modo particular y único en el que su alegría de vivir y sus ganas por disfrutar de la vida se conjugan con su amor a la literatura”. El profesor David Navarrete, impulsor de esta gesta lectora, se felicita por haberse reencontrado con la narrativa de Gavidia, pues ha descubierto que “el registro lingüístico de su prosa recrea imágenes naturales que a su vez crean simbolismos en el imaginario del lector”.

Y los escritores Teodoro Alzamora y Bethoven Medina no se quedaron en silencio. Para el maestro Yoyito, “la participación de los estudiantes fue interesantísima; las preguntas planteadas al autor evidenciaban el interés con que habían leído el libro”. El poeta Bethoven Medina, por su parte, contagiado del interés y de la vitalidad de los jóvenes estudiantes, expresó su fe y esperanza: “Nuestro país puede ser mejor aún. Excelente encuentro con la juventud estudiosa. Así, la sinergia cultural fluye natural y enriquece el conocimiento de todos”. ¡Que así sea y que vengan más encuentros de esta naturaleza!

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