Casi dos años han transcurrido desde que se suscitó el huaico en la Quebrada del Diablo en Tacna. Ese día, 21 de febrero del 2020, quedará perennizado en el recuerdo de los pobladores por la muerte de tres personas, los daños en más de 300 viviendas y otros bienes afectados.
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Hoy el panorama no ha cambiado pese a la tragedia. Los vecinos de las asociaciones El Mirador, San Pedro y La Florida han vuelto a reconstruir sus casas en el mismo sitio por donde discurrió la avalancha de lodo y piedras y retomado las actividades cotidianas con sus familias.
Se sienten abandonados
“Es por necesidad, no tenemos donde vivir. Ahora tenemos otro problema, antes la municipalidad ejecutaba obras, ahora ya no quieren hacer nada, dicen que es zona roja, pero antes no había este problema, vivimos aquí hace 30 años”, expone el presidente de El Mirador Juan Alberto Machaca.
Reclama que las promesas dadas luego del huaico quedaron abandonadas. El presidente Martín Vizcarra luego de sobrevolar en helicóptero anunció que se construiría un canal para desviar el agua, pero después de dos años no se concreta. Machaca está seguro que solo fue un ofrecimiento para salir del paso. Dijo que se han hecho estudios pero han quedado solo en eso.
Los pobladores además afrontan otro peligro. La zona esta rodeada de cerros que acumulan piedras y son proclives a deslizamientos de suceder un evento sísmico. Así se evidencia según el mapa de peligros de la región de Tacna.
Medidas de mitigación
Hace una semana el jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) Tacna Tito Chocano Rabanal informó que se están concluyendo diques en el kilómetro 10 de la Quebrada del Diablo para contener las aguas de lluvias.
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Para Machaca esta medidas solo son de mitigación y no resuelven el problema de forma definitiva. Es más, recuerda que el huaico ocurrió por el desembalse del agua acumulada por los puentes de tierra de los pobladores del cerro Intiorko. Es cierto, pero dichas estructuras reducirán los riesgos de afectación a esta población que se encuentra asentada hace décadas en la desembocadura.
Zona expuesta a peligros
La especialista en geología en el Proyecto de mejoramiento de la gestión territorial de Tacna, Lisbet Nina Mamani, advierte que todo el sector de la Quebrada del Diablo se encuentra expuesto a remoción de masas, caída de rocas y flujo de lodos, cuando hay precipitaciones intensas.
Del mismo modo toda la ciudad de Tacna está sometida a eventos sísmicos por encontrarse en el “Cinturón de fuego del Pacífico” y también por inundación porque convergen diferentes quebradas.
Recordó que el estudio de riesgos y desastres fue elaborado en el 2012 y se entregó a las instituciones para que adopten las medidas de prevención. Hoy en día se realiza una actualización, con el objetivo de que las autoridades y la población lo tomen en cuenta para que tragedias como la del 2020 no se vuelvan a repetir.