El cacao comenzó el 2024 con un ascenso de precios que ha tenido sus momentos de calma.
El cacao comenzó el 2024 con un ascenso de precios que ha tenido sus momentos de calma.

La culminación de 2024 es como un “déjá vu” del 2023 en muchos sentidos, más allá de las numerosas buenas noticias referidas al café y al cacao, implica retos y preocupaciones.

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Comenzaré con las preocupaciones, donde el cambio climático alcanzó a ambos cultivos, donde las predicciones de los expertos, dejaron de ser un escenario futurible, casi distópico, donde están presentes las palabras sequía, plagas, lluvias torrenciales, incremento de la demanda y disminución de la producción y aumento de los precios.

El cacao comenzó el 2024 con un ascenso de precios que ha tenido sus momentos de calma, pero, qué en líneas generales, ha llegado a cifras históricas. Aún las noticias que llegan de África no apuntan a una recuperación de la producción, porque Costa de Marfil productor del 70% sufrió una merma del 30% a causa de las plagas. Esto tomará tiempo en recuperarse. Para que se hagan una idea del volumen, Perú produjo 170 mil toneladas en 2024 y eso no es ni el 5% de mercado global.

Por parte del café, los principales productores lidian con los embates del clima. Brasil, el principal productor, enfrenta una sequía no vista en décadas, al igual que Vietnam y Colombia también ha visto mermada su producción.

Café y cacao separados al nacer. En Perú, tenemos la fortuna de contar con una producción de granos de alta calidad, que, a pesar de los obstáculos, crecen a ritmo sostenido; pero también hay que considerar que el mayor volumen se exporta, posicionándolo en el mercado internacional.

Esa situación influye en el mercado interno, donde el consumo de café ha pasado de 600g per cápita anual a un kilogramo y el de cacao (esto incluye todos los productos como chocolate, manteca, cocoa) se mantiene alrededor de los 500g pero la intención de productores y organismos públicos y privados es que en 2025 alcance el kilogramo. En ambos casos, el aumento de precios es evidente, así que quien desee productos de calidad tiene que pagar más.

Las tabletas de chocolate de buena calidad han subido no menos de 30% su valor, porque no solo el cacao es más costoso, también lo son la manteca, el azúcar, los empaques, los servicios y toda la maquinaria de venta. Justo ahí está el reto para educar a un consumidor, que por algún motivo repite como mantra que solo consume chocolate oscuro del 70% para arriba, pero que podría con otra formulación obtener productos igualmente sabrosos y saludables, y afianzar su presencia en la pastelería.

Ambos productos tienen que encontrar vías creativas y sostenibles para satisfacer una demanda que crece, con un poder adquisitivo bastante justo, pero que ya ha probado su mejor faceta, y si de algo estoy segura, es que después que se consumen productos de calidad no hay vuelta atrás para el paladar que aprenden rápido. El reto de 2025 es mantener la calidad y que el consumo siga creciendo. La tarea es grande, y mucha de ella comienza por educación al consumidor.

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