La tradición de comer 12 uvas al sonar las campanadas que anuncian el Año Nuevo se originó en España a finales del siglo XIX o principios del XX, como una forma de atraer buena suerte para el año entrante.
Cada uva simboliza uno de los 12 meses del año, y se debe consumir una por cada tañido del reloj en la Puerta del Sol de Madrid, representando deseos de prosperidad, salud y abundancia.
Origen comercial
La versión más aceptada remonta la costumbre a 1909 en Alicante, donde una cosecha excepcional de uvas generó un excedente que los viticultores intentaron vender empaquetando 12 unidades como “uvas de la suerte”. Esta campaña ingeniosa popularizó el ritual, asociando la fruta barata y abundante con positividad y espiritualidad, extendiéndose rápidamente por España.
Una hipótesis alternativa sitúa sus raíces en 1882 o finales del XIX, cuando protestantes madrileños en la Puerta del Sol imitaron burlonamente a la burguesía aristocrática que comía uvas con champán en fiestas privadas.
Esta tradición ha sido adoptada en Latinoamérica (como Perú, México y Argentina), Filipinas y otros países hispanos. El éxito depende de comerlas a tiempo; si se logra, augura un año venturoso, vinculándose simbólicamente a los 12 apóstoles o las horas del día.
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Cómo comerlas paso a paso
Se comen una uva por cada una de las 12 campanadas del reloj (transmitidas por TV/radio), empezando justo al sonar la primera. Prepararlas peladas y sin semillas facilita el ritual; sostenerlas en la mano no dominante y masticar rápido sin hablar ni beber hasta terminar.

Recomendaciones prácticas
- Elige uvas frescas, dulces y del mismo tamaño para evitar atragantamientos.
- Practica con un temporizador para coordinar con las campanadas; si se derrama una, pide un deseo extra.
- En países como Perú, combínalas con lentejas o monedas para potenciar riqueza; niños comen menos (7 uvas para niñas, 5 para niños).





