En noviembre, se cumplieron 166 años desde la fundación de la Bodega Nájar. Más de un siglo desde que el patriarca de la familia llegó de España a conquistar los paladares más exigentes. Siempre en Arequipa, desde donde responde, en exclusiva, el actual gerente general de la empresa y miembro de la sexta generación del árbol genealógico familiar, Diego Muñoz Nájar.
Olores que guardan recuerdos
“Recuerdo las instalaciones en las que actualmente opera la empresa en el Parque Industrial. Tenía 6 - 7 años cuando se inauguró. Acompañaba a mi papá a sus reuniones. Mientras él estaba en reuniones, yo aprovechaba y paseaba por la fábrica. Recuerdo los olores, los aromas, las máquinas, los obreros de la época. Lo recuerdo como si fuera ayer. En mi caso, ese ha sido el contacto con el negocio familiar desde niño”, rememora Muñoz Nájar.
Pero, la historia inició mucho antes, en 1854 con el tatarabuelo y bisabuelo de esta numerosa familia que lleva un apellido sinónimo de calidad y éxito, si de hablar de alquimia se trata.
“El éxito de la marca es la conjunción de diversos factores. Nosotros vemos esto como un legado: cómo lo recibimos y cómo lo entregaremos a la siguiente generación. Eso ha permitido que la compañía se mantenga y no pase lo que pasa con empresas (familiares) que llegan a la tercera generación y terminan quebrando, siendo liquidadas o siendo adquiridas por otras compañías”, asegura.
Una fórmula familiar
Se podría pensar que en una familia numerosa y exitosa podría haber conflicto de intereses. Sin embargo, los Muñóz Nájar, han ideado la fórmula ideal para mantener en línea protocolos y restricciones que garanticen la estabilidad familiar y empresarial.
“Tenemos muy claro que la gestión en el corto o mediano plazo debe estar en manos de profesionales y la familia permanecerá en la junta general de accionistas o en el directorio. Hoy por hoy, hay herramientas de gobierno corporativo que promueven una adecuada relación entre la empresa y la familia. De esa manera aseguramos que los roles se entiendan perfectamente y que cada uno sepa a qué puede aspirar. Así aseguramos que la empresa permanezca y siga la dinámica de generación en generación”, explica.
Sin duda, tienen las cosas claras.
Del Perú para el mundo
No sería la primera vez que el Anís Nájar sale de tierras peruanas para conquistar paladares foráneos. Sin embargo, la coyuntura por pandemia no ha permitido que el proyecto de expansión del bajativo se logre a cabalidad.
“Ya hemos exportado a Barcelona. Lamentablemente, por la pandemia, los clientes de nuestros clientes son principalmente restaurantes y hoteles que están atendiendo de forma restringida. Entonces, no hemos podido emplear el plan que teníamos pensado inicialmente. Hay que esperar un poco a que la situación se normalice y vamos a poder tener una distribución como la habíamos planificado”, señala.
Debido al Covid-19, los principales puntos de socialización como bares, restaurantes y hoteles en el Perú y el mundo tienen protocolos con los que han abierto sus puertas. A pesar de esto, la meta del Anís Nájar sigue en pie.
“Pensamos que hay una oportunidad bastante importante a través de los restaurantes peruanos que son una cantidad respetable en esa ciudad (Barcelona)”, agrega emocionado. Además, ya están a un paso de llegar a exportar el anisado a Estados Unidos, Bolivia y Chile.
Fiel a su tierra
El Anís Nájar no solo se usa en coctelería o como digestivo. Esta bebida ha dicho “presente” en las recetas de nuestra gastronomía. La exquisitez que derrocha no es secreta. Lo secreto es su fórmula, que está guardada cual tesoro, que nunca ha cambiado y que es fiel a los productos de su tierra.
“Es importante recalcar que los insumos que utilizamos son 100% peruanos. Para el anís no hay nada importado. Aprovechamos los microclimas que hay en el Perú. Por ejemplo, el anís en grano verde que compramos en el valle de Purahuasi (Apurímac). El alcohol extra neutro que usamos en la formula viene de los cultivos de caña de azúcar al norte del país”, detalla.
Se acercan los 170 años
Aunque falten 4 años para celebrar el aniversario 170, la familia Muñóz Nájar sabe que el tiempo es oro y ya se preparan para presentar novedades.
“Estamos trabajando un plan estratégico con miras a los próximos 5 o 10 años, en los que podamos duplicar la facturación que tenemos a la fecha. Lo que puedo decir es que el portafolio de productos se va incrementar y vamos a considerar mucho relacionar al Perú en este portafolio”, adelanta Muñóz.
Se trata de un plan que va más allá de las etiquetas o de las botellas. El Perú se sentirá en cada gota, con la adhesión de productos nativos. “Nuestro portafolio va tener mucha relación con productos nativos. Es súper interesante lo que haremos, habrá mucha creatividad e innovación. La idea es llegar a los consumidores finales con productos muy bien hechos y de altísima calidad que haga que ellos se sientan orgullosos de su país”, cuenta sobre la variedad de licores, distintos al anisado, que preparan.
El Bicentenario del Perú
La Bodega Nájar trabaja en 2 nuevos tragos que presentarán, por primera vez, a modo de homenaje, por la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú. Desde ya, prometen conquistar los paladares más exigentes.
“Lanzaremos 2 nuevas variedades de anís el próximo año. Un anís con café y un anís conmemorativo para paladares que quieran nuevas sensaciones y experiencias. Nuestros clientes aprecian los sabores secos, iremos por ahí”, revela.
Estamos seguros de que más de uno esperará con ansias degustar un shot de estos tragos. Salud.