“Nosotros habíamos hecho un llamado a quienes quisieran proponer observaciones... o modificaciones... o perfeccionar el texto. Lamentablemente, no hemos recibido aporte de... de nadie”. Estas titubeantes palabras del parlamentario Américo Gonza (Perú Libre) describieron con escrúpulo el ánimo del Congreso ante la denominada “Ley Mordaza”, propuesta que el Pleno rechazó y archivó ayer.
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La iniciativa de la bancada del condenado por corrupción Vladimir Cerrón, en segunda votación, cosechó 56 votos en contra, 46 a favor -la mayoría de grupos parlamentarios que aún respaldan al golpista Pedro Castillo- y cinco abstenciones.
En primera votación, cabe recordar, el dictamen que planteaba elevar la pena por el delito de difamación hasta los cuatro años de cárcel, lo que significaría una eventual prisión efectiva, obtuvo del Pleno del Legislativo 69 votos a favor, solo 28 en contra y tres abstenciones.
Las críticas, entonces, le llovieron a la propuesta y al propio Parlamento, por dar luz verde a tal iniciativa.
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VANA SUSPENSIÓN
Ese fue el motivo por el cual la segunda votación de la “Ley Mordaza” pasó a un cuarto intermedio hasta en dos plenos consecutivos.
Al ser evidente un próximo rechazo, Gonza, en su calidad de presidente de la Comisión de Justicia del Legislativo, buscó aplazar la votación y en mayo solicitó suspenderla para proponer un texto moderado que recibiera mayor aceptación, además de buscar apoyo de sus colegas.
Correo, incluso, adelantó que el cuestionado proyecto había perdido fuerza.
La estrategia, sin embargo, no sirvió de nada, a la luz de las evidencias.
Para mayores señas, ayer ni siquiera hubo debate, pues Gonza expuso una postura que se perdió en generalidades y supuestos conceptos.
Le siguió Segundo Montalvo, su compañero de bancada, quien invocó a los legisladores a “reflexionar”. Y parece que sí le hicieron caso.